sábado, 17 de junio de 2017

Bojan Dubljevic

Nota: Imagen tomada del google images, pero originalmente del periódico La Vanguardia



El Valencia se convirtió ayer en el séptimo equipo en ganar la Liga ACB. Toda una sorpresa. Las predicciones de Bojan Dubljevic se hicieron realidad aunque no le creyera nadie a principio de temporada. El ala-pívot montenegrino fue además nominado como MVP de las finales. Nosotros, aunque no valga de mucho, le vamos a dar el honor de titular esta entrada donde, en realidad, más que hablar de él y de la ACB, vamos a aprovechar para pillar aviones y echarle un vistazo a las ligas domésticas en Europa.

En Francia, Strasbourg y Chalon van 1-1 y aún se disputan el título de Liga. En el primer partido, en su casa, el Chalon de Jean-Denys Choulet ganó con facilidad, 89 a 75, gracias a los 27 puntos y 9 rebotes de Lance Harris y los 18 puntos y 9 asistencias de John Roberson. Los de Vincent Collet se tomaron venganza en el segundo, pero les costó más, 72-74. Aún así, volver a casa con una victoria a domicilio es importante. Axel Bouteille, con 20 puntos desde el banquillo, fue el mejor de los de casa, pero Romeo Travis especialmente y, en general, todo el equipo de Collet, se llevaron la victoria y la ventaja para casa. Collet tiene un equipo muy fuerte, con gente como Jeremy Leloup, Erving Walker, Matt Howard, AJ Slaughter, Paul Lancombe, Mouhammadou Jaiteh y el joven francés que apunta alto en el próximo draft de la NBA, Frank Nkitilina.

En Italia, Dolomiti Energia Trento lleva dos victorias, las mismas que su rival, el Umana Reyer Venezia. Por lo tanto, todo se decidirá en el quinto y fatídico encuentro. El primer partido lo ganó Trento, entrenado por Maurizio Buscaglia, por 83 a 74.  El cuarteto formado por Joao "Betinho" Gomes, ex del Andorra, Dominique Sutton, Dustin Hogue y Shavon Fields frenó a Hrvoje Peric y Marquez Haynes. En el segundo partido, se tomaron la revancha los de Venecia por 79 a 64. Esta vez el mejor en Dolimiti Energia fue Aaron Craft pero fue insuficiente ante el buen partido de Marquez Haynes y el banquillo de los venecianos, donde hay gente como Tyrus McGee, Melvin Ejim, Jeffrey Viggiano o Ariel Filloy, quienes con cuya aportación decidieron el partido. En el tercero, repitieron victoria los de Walter De Raffaele por 67 a 73. Los hombres más destacados por ambos bandos salieron de los banquillos: Andrés Forray por los de Trento y Julyan Stone por los de Venecia. Y, finalmente, en el último partido, la gran actuación de Betinho Gomes y de Dustin Hogue para Trento igualó la serie.

En Alemania, el Brose Baskets ya es campeón de Liga tras dejar en un 3-0 la final ante el sorprendente EWE Baskets, que había dejado en la cuneta al Ratiopharm, ganador de la liga regular. El primer partido fue premonitorio ya que los de Andrea Trincheri se impusieron con contundencia, gracias al gran partido de gente como Darius Miller, Maodo Lo, Fabien Causeaur, Daniel Theis o Lucca Staiger. En el segundo partido, ganaron a domicilio por casi veinte puntos, a pesar del buen partido de Brian Qvale y Rickey Paulding para el equipo de Mladen Drijencic. Nicolo Melli y Causeaur fueron los mejores de Trincheri, aunque también hizo un buen partido Janis Strelnieks. En el tercer partido, cerraron la serie por la vía rápida con un 76 a 58 que deja a las claras las diferencias entre ambos equipos. Para muestra, un detalle: Brose doblo a EWE en puntos desde el banquillo. Elias Harris y Maodo Lo destacaron saliendo de él, en un equipo, el de Trincheri, que también contaba con jugadores como Nikolaos Zisis o Leon Radosevic. Chris Kamer fue el mejor del EWE en este último partido.

En Rusia, el CSKA se alivió tras la dolorosa derrota en semifinales de la Euroliga contra el Olympiakos ganando el título con un rotundo 3-0 al Khimky. El primer partido, el más apretado, lo ganaron por seis puntos y, en los otros dos, la resistencia de Khimky no dio para mucho más. Por el CSKA destacaron los esperados, Nando de Colo y un Milos Teodosic que no fue titular pero se salió en el segundo y apenas jugó en el tercero. Destacaron también Semen Antonov y, sobre todo, Cory Higgins en el último partido, donde también sobresalieron Aaron Jackson y Nikita Kurbanov. Kyle Hines lo hizo en el primero. Por el Khimky, hay que mencionar al producto nacional, con Alexey Shved, Vyacheslav Zaytsev y Dmitriy Sokolov a la cabeza; y, en menor medida, los norteamericanos Robbie Hummel y Earl Rowland. Rotunda victoria, por cierto, de Dimitris Itoudis sobre Dusko Ivanovic.

En Grecia, todos los aficionados pudimos ver cómo terminó el último partido que le dio la victoria al Panathinaikos ante el Olympiakos, en casa de estos y en el último partido que ponía el 2-3 final y le daba la victoria a los de Xavi Pascual. Los de Giannis Sfairopoulos se llevaron el primer partido gracias a Vassilis Spanoulis, Kostas Papanikolau y Nikola Milutinov y a pesar del gran partido de dos ex ACB para Panathinaikos, KC Rivers y Ioannis Bourousis. El segundo, en un apretado 84-80, cayó en manos de Panathinaikos, gracias a Bourousis de nuevo y sobre todo gracias a Mike James y al gran partido del reserva Nikos Pappas, actuaciones que dejaron en nada el buen partido de Erick Green, Evangelos Mantzaris y Georgios Printezis. No jugó Spanoulis. El tercero, con un marcador aún más apretado, cayó en manos de Olympiakos. donde destacó de nuevo Milutinov. Por Panathinaikos, que se veía contra las cuerdas, el mejor fue Mike James. Los de Pascual reaccionaron en el cuarto para empatar la eliminatoria al ganar en casa por 71 a 58, a pesar de Erick Green para los rojiblancos, y gracias al protagonismo compartido de jugadores como Chris Singleton, Nick Calathes, James Gist, Mike James e Ioannis Bourousis. Así llegaron al último, donde sorprendieron en casa del rival, para dolor de la afición local. El partido se suspendió antes de terminarse, cuando la ventaja ya parecía indicar que los de Xavi Pascual se harían con el título. Mike James, KC Rivers y Ioannis Bourousis volvieron a ser los mejores de los de verde.

En Turquía, rotundo 4-0 del campeón de Europa, el Fenerbahce de Zeljko Obradovic, ante el Besiktas de Ufuk Sarica. Eso sí, el tercer y el cuarto partido los ganaron los de Obradovic tras prórroga. Por el Besiktas destacaron Vladimir Stimac, DJ Strawberry y Michael Roll, y, en menor medida, Earl Clark, Erkan Veyseloglu, Kyle Weems y un Kenan Sipahi que se salió en el último partido. Por los de Obradovic, los de siempre, aunque Luigi Datome estuvo más flojo: Ekpe Udoh, Kostas Sloukas, Bobby Dixon, Nikola Kalinic y, sobre todo, Bogdan Bogdanovic y un Jan Vesely que lo hizo perfecto en el último partido.

En Israel, el Hapoel Jerusalem de Amar'e Stoudamire se hizo con el título al vencer al Maccabi Haifa, que había dejado fuera en semifinales al Maccabi de Tel Aviv. El título se disputó a un partido y, en la final, los de Simone Pianigiani se impusieron por 83 a 76 gracias a Curtis Jerrells, Jerome Dyson y Tarence Kensey. Stoudamire, desde el banquillo, solo jugó 14 minutos, en los que, eso sí, consiguió 10 puntos y 7 rebotes. Por el Maccabi Haifa de Ofer Rahimi destacaron Orlando Mendez-Valdez y Kevinn Pinkney, pero sobre todo, Gregory Vargas, quien se fue hasta los 33 de valoración gracias, sobre todo, a sus 30 puntos.

Y podríamos seguir, pero ya no damos para más. Solo incluiremos, ahora, un pequeño resumen con algunos otros nombres y vencedores finales:

En Polonia, título para el Stelmet Zielona Gora de Artur Gronek donde destacan jugadores como Thomas Kelati o Lukasz Koszarek. En Bélgica, para el Oostende de Dario Gjerja, donde juegan los balcánicos Dusan Djordjevic y Rasko Katic. En Lituania, para el Zalgiris Kaunas de Sarunas Jasikevicius, quien ha decidido seguir en el equipo y rechazar la posibilidad de entrenar al FC Barcelona. Jasikevicius cuenta con una gran plantilla que intentará reverdecer laureles y devolver el éxito a Kaunas. Aunque, probablemente, para el año que viene sufra retoques, este año ha contado con jugadores del nivel de Leo Westermann, Kevin Pangos, Edgaras Ulanovas, Augusto Lima, Paulius Jankunas, Lukas Lekavicius, Antanas Kavaliuskas, Renaldas Seibutis, Brock Motum o Isaiah Hartenstein. Mucho ex ACB que colaboraron para derrotar al sorprendente Lietkabelis donde jugaban los hermanos Kristof y Darjus Lavrinovic. En Portugal, victoria para el Benfica de Carlos Lisboa, quien entrena a jugadores como Carlos Morais o Damian Hollis. En Ucrania, victoria del Budivelynk, donde juega el ex ACB Ruslan Otverchenko, ante el Khimik. En Croacia, el Cedevita de Veljko Mrsic ganó a la Cibona de Damir Mulaomerovic, gracias, en parte, a un gran último partido de Ryan Boatright. En Serbia, contundente 3-0 del Estrella Roja de Dejan Radonjic ante el FMP Zeleznik de Branko Maksimovic, con gran actuación del joven Ongjen Dobric. En Eslovenia, título para el Olimpia Ljubljana de Gasper Okorn, donde juegan Brandon Jefferson, Gregor Hrovat, Nikola Jankovic y Devin Oliver. En Montenegro, trabajada victoria final para el Buducnost de Ilias Zouros ante el Mornar Bar. Nemanja Gordic y Boris Savovic, entre otros, destacaron en el Buducnost, antiguo equipo de nuestro titulante, Bojan Dubljevic. En Bosnia, victoria apretada para el Igokea de Dragan Bajic. En Letonia, rotundo 4-0 del VEF Riga de los ex ACB Janis Blums y Mareks Mejeris ante el Ventspils. En Estonia, victoria del Kalev/Cramo ante el Rapla. En Macedonia, el MZT Skopje de Charlon Kloof y Xavier Thames se llevó el título. En Georgia, victoria para el Dinamo de Tiblisi. En Austria, para el Kapfenberg. En Bulgaria, para el Lukoil. En la República Checa, para el Nymburk donde aún juega el ex NBA y ex ACB Jiri Welsch. En Dinamarca, la alegría fue para el Bakken de Michel Diouf, con pasado en EBA, LEB Plata, LEB Oro y ACB con Fuenlabrada, ante el Horsens de Will Artino, antiguo pívot titular, como recordarán los seguidores de este blog, de los Bluejays de Creighton. En Holanda, triunfo para el Groningen de Drago Pasalic, con pasado en ACB, y Lance Jeter, con pasado en Alemania. El Tsmoki-Minsk ha ganado en Bielorrusia. En Finlandia, victoria para el Kataja Basket donde aún juega Teemu Rannikko. En Islandia, victoria para el KR de Finnur Stefansson, seleccionador nacional, que contaba con buenas armas: Pavel Ermolinskij, Jon Stefansson o Brynjar Bjornsson. UBT Cluj Napoca se llevó el título en Rumanía, gracias, en parte, a jugadores como Vlad Moldoveanu, con pasado en Italia, Francia o Polonia, y Ousmane Barro, con pasado en Polonia, Francia o Hungría. En Eslovaquia, se llevó el título un Inter de Bratislava donde aún juega el ex de Limoges, Benetton de Treviso, Nymburk o Galatasaray Radoslav Rancik. El BC Lulea reina en Suecia, el Monthey en Suiza y el Leicester en Inglaterra.  

viernes, 16 de junio de 2017

Sebastián Abreu



Los habituales sabéis que, en este blog, nos gustan este tipo de historias. Ayer lo leíamos en la versión digital de un periódico deportivo de tirada nacional y hoy lo contamos aquí: Sebastián Abreu firmaba un nuevo contrato, esta vez por el Puerto Montt de la Primera B de Chile. Éste se convierte en su vigésimoquinto equipo. El uruguayo ha jugado en 11 países distintos. 

Abreu, que cumplirá 41 años en Octubre, debutó en el Defensor Sporting de su país, Uruguay, en la temporada 1993-1994. En su país también ha jugado en Nacional (en cinco épocas distintas) y en Central Español. En países del continente, ya sea al norte o al sur, además de en Chile y Uruguay, Abreu también ha jugado en Argentina (San Lorenzo, River Plate y Rosario Central), Brasil (Gremio, Botafogo, Figuereinse y Bangu), México (Tecos, Cruz Azul, América, Dorados de Sinaloa, Monterrey, San Luis y Tigres), Ecuador (Aucas), Paraguay (Sol de América) y El Salvador (Santa Tecla). Fuera del continente americano, el apodado "El Loco" ha jugado en España (Deportivo de La Coruña y Real Sociedad), Israel (Beitar Jerusalén) y Grecia (Aris de Salónica, donde apenas duró porque no le pagaban). Otro dato curioso, de esos 25 equipos, en once, por lo menos, ha jugado cedido.

Abreu se hizo famoso gracias a un comentarista deportivo, por lo menos en Europa, y, probablemente, de manera injusta. Después, su rendimiento dejó destellos de un delantero oportuno y de buen rendimiento, pero se le pasó a conocer por sus múltiples traspasos y/o cesiones. Sin embargo, su palmarés guarda méritos que van más allá de las veces que ha tenido que leer letra pequeña en un despacho. Abreu ha jugado más de 70 partidos con la selección uruguaya y disputó los mundiales de 2002 y 2010. En 2010, además, demostró por qué lleva ese apodo y quedó en el recuerdo anecdótico de los Mundiales. Uruguay llegaría hasta semifinales, clasificándose por primera vez en 40 años, y ese logro quedaría unido al momento glorioso en el que Abreu despuntó en los cuartos de final. Tras acabar 1-1 en un intenso partido contra Ghana, se jugaron el acceso a semifinales en la tanda de penaltis, donde se repitió la igualdad. Al delantero charrúa le tocó jugarse el último de su selección, el que decidía la gloria o el drama. Sin perder el pulso, se lo jugó a lo panenka, acertando con él. También disputó varias Copas de América, saliendo campeón en la de 2011, aunque él solo jugó un partido. En el campeonato carioca de 2017, jugando con Bangu, se celebró su gol 400 oficial. Abreu tiene récords como haber marcado goles en más de 20 clásicos distintos en distintos países y competiciones. Se le reconocía, hasta 2016, como el máximo goleador uruguayo en el fútbol profesional. De hecho, aún es el sexto máximo goleador de la historia en la selección de su país.

Abreu, sin embargo, como recogía esa misma publicación que se hacía eco de su nuevo contrato, tendrá difícil superar el récord de un brasileño que ha jugado en 32 equipos distintos. Hablamos de Tulio Humberto Pereira da Costa, más conocido como Tulio "Maravilha". Ex futbolista ya, nacido en Brasil en 1969, Tulio, como ya hemos mencionado, jugó en 32 equipos distintos durante su dilatada carrera profesional. Fue internacional con Brasil entre 1990 y 1995, disputó una Copa América, pero, su éxito, sobre todo, se dio en el fútbol de clubes y con el Botafogo. Con ellos, llegó a lo más alto al proclamarse campeón del país en 1995 y ser máximo goleador en tres temporadas diferentes, en las de 1989, 1994 y 1995. Lo curioso de sus más de treinta equipos es que Tulio apenas jugó fuera de Brasil. En Europa, jugó en el Sion en Suiza y en el Ujpest en Hungría. Fuera de su país, también ha jugado en Jorge Wilstermann en Bolivia y Al Shabab en Arabia Saudí. El resto, hasta 32, fueron camisetas de equipos brasileños. Además del Goias, donde debutó, y el Botafogo, Tulio jugó para el Corinthians, Vitoria, Fluminense, Cruzeiro, Vila Nova, Sao Caetano, Santa Cruz, Brasiliense, Atlético Goianiense, Tupy, Anapolina, Volta Redonda, Juventude, Fast, Canedense, Itumbiara, Goiania, Botafogo-DF, Potyguar, Barras, Bonsucesso, CSE, Tanabi, Vilavelhense y Araxá. En muchos de ellos disputó campeonatos en distintas épocas, destacando el Botafogo y el Vila Nova, para los que jugó en más de no solo una si no dos y tres y cuatro ocasiones. Jugó, además, en varios niveles distintos. A sus 44 años dijo que había alcanzado la cifra de los 1000 goles, pero, por supuesto, contaba partidos no oficiales.

Igual que Abreu se hizo famoso por aquel gol que no fue, Tulio también tuvo su momento de gloria por un momento en concreto. Un gol que le marcó a la Universidad Católica en la Libertadores de 1996. Para muchos fue un desprecio. Para él, la invención de un nuevo gol que él llamó "La Tuleta".

Ninguno de los dos ha batido o batirá otro récord, el que tiene el portero alemán Lutz Pfannenstiel. Pfannenstiel tiene un récord reconocido: no solo ha jugado en 25 equipos distintos, si no que, gracias a ese periplo, ha jugado en los 5 continentes y en las 6 confederaciones de la FIFA. Pfannenstiel, quien empezó, por supuesto, su carrera en su país, pasó pronto a Malasia, para jugar luego en países como Inglaterra, Sudáfrica, Singapur, Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega, Canadá, Albania, Armenia, Brasil y Namibia. Tras retirarse en 2007 empezó una carrera en el apartado técnico que no parece irle al rebufo a la que consiguió mientras vestía calzón. Por ahora, ha trabajado para equipos en Armenia, Noruega, Cuba, Namibia, Alemania... ¡y la Antártida!

Esta claro que ninguno de estos va a recibir de manos de José Ángel Iribar el One Man Club Award, ¿no?

Os dejamos con esos dos famosos momentos que encumbraron mesiánicamente a Abreu y Tulio:


miércoles, 14 de junio de 2017

Iker Bueno



El baloncesto vasco siempre ha dado buenos entrenadores: Iñaki Iriarte, José Antonio Figueroa (este adoptado, como quien dice), José Antonio Gasca, Manu Moreno, Pepe Laso... Y muchos otros que se escapan en este recuento, más aún cuando solo estoy tirando de memoria y, además, estoy intentando que mi memoria vaya más lejos de lo que realmente puede llegar.
Sin embargo, ayer leía un artículo en Solobasket.com sobre el posible baile de entrenadores en la ACB y me recordó una impresión que ya había tenido hace tiempo: la buena cantidad de entrenadores vascos que están ahora en la élite o cerca de ella.
Vamos a hacer un repaso rápido y poco profundo:

El bilbaíno Txus Vidorreta ha sido elegido este año mejor entrenador de la liga ACB, un logro que solo recalca su enorme temporada en las filas del Iberostar Tenerife. Mejor defensa de la Liga, quintos en temporada regular (llegando a ser líderes), mejor récord de victorias, 22, clasificación para la Copa del Rey y para los play-off por el título y, finalmente, ganadores de la FIBA Champions League. A sus 50 años, el bilbaíno merecía este triunfo, dado además su gran trabajo como ayudante de Sergio Scariolo en la selección de España. Es joven aún, pero es que su carrera empezó hace muchísimo tiempo. Sus primeros logros los hizo en casa. En la temporada 1993-1994, con tan solo 27 años consiguió que el Cajabilbao ganara el título de la Primera división y lograra un ascenso a la máxima categoría que, desgraciadamente, no se confirmó en los despachos. Volvió con el cambio de siglo y llevó al nuevo proyecto de baloncesto de su ciudad desde la LEB 2 hasta la ACB y hasta ser subcampeón de la Supercopa. Salió de allí y sigue creciendo en su carrera como entrenador. Dicen que puede salir de Tenerife si le llega un banquillo con aspiraciones más ambiciosas.

Pero Vidorreta no es el único entrenador vasco en ACB. Sin duda alguna, el más conocido y reconocido es el vitoriano Pablo Laso, entrenador del Real Madrid. A sus 49 años, encadena ya seis temporadas consecutivas en la sección de baloncesto del Real Madrid y sus éxitos le preceden: 3 Ligas ACB, 5 Copas del Rey, 3 Supercopas de España y 1 Euroliga. Si Vidorreta se ha hecho con el título de mejor entrenador este año, Laso ya lo ha ganado en tres ocasiones, siendo también reconocido en 2015 con el premio Aleksandr Gomelskiy al mejor entrenador de la Euroliga.

Y hay más: este año, otros dos entrenadores vascos han tenido banquillos en ACB y, además, aparecen en las quinielas para seguir siéndolo la próxima temporada. Por un lado, Ibon Navarro, también vitoriano, como Pablo Laso, y ex entrenador de Baskonia, donde el entrenador del Real Madrid nunca ha entrenado pero se convirtió en un histórico jugador. A pesar del descenso de su equipo, el ICL Manresa, el joven entrenador (41 años) accedió a su primera oportunidad como entrenador principal en el equipo de su ciudad después de la rescisión de contrato del último entrenador para el que hacía labores de ayudante, el italiano Marco Crespi. En Manresa ha comenzado a consolidar esa carrera como primer entrenador. Pero, antes, ya se había labrado una reputación como entrenador auxiliar, puesto que ocupo con entrenadores como el mencionado Crespi, Sergio Scariolo, Neven Spahija o Dusko Ivanovic en Gasteiz, con Velimir Perasovic y Paco Olmos en Valencia, y con el propio Olmos en Menorca Bàsquet. El otro entrenador vasco en ACB es el vizcaíno Jota Cuspinera, otro que venía con una gran reputación en el trabajo oscuro de cantera y de ayudantía y que ahora va luchando por crecer su currículo como máximo responsable. Cuspinera ha estado este año en Fuenlabrada, donde su equipo ha ido de más a menos, pero, aún así, las impresiones han sido buenas y su nombre suena para otros equipos. José Ramón Cuspinera, nacido en Getxo hace 47 años, antes de ser primer entrenador del Fuenlabrada, fue auxiliar en el mismo equipo madrileño, en Laboral Kutxa, en el Real Madrid, en el Estudiantes y en la selección española. Y antes de todo eso ya había sido reconocido por su trabajo con la cantera en el club de Magariños y en la estructura de la Federación Española de Baloncesto.

Entre los asistentes, también encontramos a algunos entrenadores vascos, y con pedigrí y currículo, como David Gil en el Baskonia o José Ángel Samaniego en el Estudiantes. El primero lleva años establecido en la estructura deportiva del club que dirige Josean Querejeta y ha colaborado con muchos entrenadores de reputación que han pasado por el Fernando Buesa. Samaniego, por su parte, es un donostiarra de 51 años que lleva ya años (los últimos en Fuenlabrada, Joventut, Estudiantes o Gran Canaria) en el equipo de trabajo de Salva Maldonado.

Y si miramos hacia abajo, también encontramos más argumentos para justificar nuestra impresión de que quizás estemos ante un momento dorado en la historia de la labor técnica en el baloncesto vasco. Y es que en LEB Oro nos encontramos con otros tres entrenadores, y los tres entrenando a equipos con aspiraciones que han luchado por ascender a ACB: Natxo Lezkano en Breogán, Gonzalo García de Vitoria en Ourense y Sergio García Martín en el Quesos Cerrato Palencia. Lezkano es un portugalujo que tras llegar al banquillo de ACB del Baskonia desde su puesto de ayudante, lleva años entre la LEB Oro (Palencia y ahora Breogán) y aventuras más exóticas (seleccionador de Costa de Marfil y Toros de Aragua de la LPB venezolana). Gonzalo García de Vitoria también es vizcaíno, en este caso de Bilbao, y lleva también una larga carrera entre EBA y LEB en la que va dando pasos hacia proyectos más ambiciosos. Pasó por Rayet Guadalajara, Autocid Burgos y Melilla antes de llegar a un Ourense al que subió a ACB aunque no se consumara en los despachos y donde encadena ya cuatro años consecutivos. Finalmente, Sergio García Martín, nacido en Donostia hace tan solo 34 años, llegó al Palencia desde la LEB Bronce, donde entrenaba en Torrevieja, primero como ayudante y ahora como entrenador principal y, esta misma temporada, estuvo a pocos puntos de lograr el ascenso a ACB con el Quesos Cerrato.

Podríamos seguir así, más aún cuando en LEB Plata nos encontramos dos casos que merecen reconocimiento. El primero, más aún, cuando el año que viene se sumará a la lista de entrenadores vascos en LEB Oro con su equipo, el Sammic Iraurgi, que ha conseguido un sorprendente y merecido ascenso a LEB Oro. Iker Bueno, ex jugador en el mismo club y ex ayudante en ese mismo banquillo de entrenadores como Jon Txakartegi y Iurgi Caminos, se ha convertido, a sus apenas 29 años en uno de los grandes héroes de la hazaña que ha conseguido el equipo de su pueblo, Azpeitia. El otro protagonista no consiguió emularle pero estuvo apunto, Mikel Garitaonandia, también muy joven, 32 años, le ha sacado mucho provecho a un Zornotza que no pudo con el Valladolid en la lucha por el ascenso a LEB Oro. Sin embargo, la temporada de los vizcaínos y del joven entrenador en el banquillo del equipo vizcaíno ha sido de enmarcar.

Cubrir la liga EBA sería ya demasiada aspiración para este blog. De todas formas, creo que es suficiente con todos los nombres que hemos puesto aquí en negrita. Quién sabe, quizás en tiempos pasados hubo mayor número de entrenadores vascos en la élite, no lo sé. Sin embargo, a mí, personalmente, la calidad y la cantidad de los aquí mencionados me parecía lo suficientemente significativo. 

Le vamos a dar el titular a Iker Bueno, porque es el más joven, y puede que, junto con Mikel Garitaonandia, el más desconocido. Aún a espensas de que se confirme que los despachos y la burocracia y la economía no son un problema, el ascenso del Sammic Iraurgi de Azpeitia a la LEB Oro es todo un acontecimiento en un pueblo tan pequeño como el guipuzcoano pero donde, al menos en el club, han sabido llevar hasta el éxito un proyecto bien planificado y gestionado. Bueno tiene parte, y parte importante, de culpa en ello y, por ende, de la gran temporada de baloncesto en la provincia, donde no han dejado de vivir alegrías tanto en el masculino como en el femenino. La fotografía, sin embargo, no se la regalamos a nadie y la ponemos más general y con creative commons.


lunes, 12 de junio de 2017

Irune Murua



Bueno, ha sido una época dura para el que aquí escribe, y ha sido jodido pasarse por aquí para escribir de lo que fuera. Nos dejamos el Giro, y mira que empezamos bien, sin cubrir como habíamos prometido. Y no fue por falta de ganas, porque nos lo seguimos entero y, en nuestra opinión, fueron tres semanas de gran ciclismo y emoción. Hubiera podido escribir un buen puñado de entradas. También han sucedido otros cuantos temas de los que, de manera caprichosa pero habitualmente, solemos hablar por aquí: los playoff de ascenso a segunda división, el final de la Liga que llaman BBVA, la LEB Oro y la LEB Plata, el título de la NBA, los rumores sobre el draft, el mercado de verano... Anda que no había entradas ahí. Otras dos obligadas: las dos subida al Everest y a pelo, como quien dice, de Kilian Jornet o la retirada de la pelota profesional de Juan Martínez de Irujo (aún tengo en el móvil algunas notas que tomé en su día para escribir esta entrada). De nada de todo eso escribimos y dudo ya que escribiremos. 
Pero, bueno, ya estamos acostumbrados, tanto yo, como los pocos que quedáis asomándoos por aquí, a que este blog pase por periodos de ensimismamiento y a mí se me agote el tiempo y las ganas de buscar excusas para justificarlo. La vida es eso que pasa fuera de un blog y, por supuesto, es más importante y acaparadora que cualquier obligación de escritura virtual. Así que, ya fuera por obligación o por placer, me ausenté y, ahora que vuelvo, aunque ya lleve dos párrafos largos excusándome, la verdad, no me arrepiento ni lo lamento. Seguiremos para adelante y ya volveremos a mirar para atrás cuando nos vuelva a ocurrir lo mismo. 

Y para recuperar el blog, habíamos pensado, como dicen los periodistas profesionales, hacerlo "en clave rojiblanca". Sin volver a insistir en lo personal, la verdad es que el cierre de temporada del Athletic Club de Bilbao es un justificable tema para escribir dado que parece que se termina un ciclo y aparecen las angustias y las indecisiones (pero también la ilusión, joder) por uno nuevo que empieza. Han sido muchas las despedidas, y no solo en el equipo masculino, y todas ellas queríamos cubrirlas aquí, aunque sea superficialmente y teniendo como principal objetivo volver a arrancar este blog. Así, hablamos en una sola entrada de Ernesto Valverde, Gorka Iraizoz, Iraia Iturregi, Eli Ibarra e Irune Murua. Tangencialmente, quizás lo hagamos de más. En general, hablamos del Athletic Club de Bilbao. 

Fue, ahora que lo hacemos retrotrayéndonos, un aparente secreto a voces. Los periodistas intentaban leer entre el hermetismo de los protagonistas y se afanaban por lanzar órdagos asegurando que sí, que después de varias temporadas de éxito en el Athletic Club, Ernesto Valverde iba a abandonarlo para empezar un nuevo y ambicioso proyecto, el FC Barcelona. La rueda de prensa final, un día después del anuncio oficial, dejó claro que, por mucho que se demorara, parecía que la decisión ya estaba tomada hacía tiempo y tenía tanto que ver con lo vivido como con lo que estaba por vivir. Valverde deja un poso enorme en el club, y lo demuestran los datos, pero también lo demuestran otras evidencias que no son tan tangibles o apreciables: nunca ha sido mediático, no busca protagonismo, pero su despedida del club dejó claro que su legado es tanto deportivo como emocional. La impresión que ha dejado en Lezama va más allá de lo profesional, un ámbito en los que sus logros, analizados en perspectiva, son más que sobresalientes. 
En esta segunda época de Valverde en el club, el entrenador extremeño ha alargado el ciclo durante cuatro años. Los números y los resultados quedarán por encima de las impresiones o los recuerdos, al menos, cuando pase el tiempo y aunque esto, en ocasiones, sea un tanto injusto. Al fin y al cabo, en cuatro temporadas, el Athletic Club nunca se ha clasificado por debajo del 7º puesto, posición que ocupó en dos ocasiones, temporadas 2014-2015 y 2016-2017, superándolo en las otras dos: 4º en la 2013-2014 y 5º en la 2015-2016. En todas ellas, ha conseguido una media de 62,5 puntos por temporada, siendo su peor resultado los 55 de la 2014-2015 y la mejor los 70 de la 2013-2014. Estos resultados han ayudado a que juegue competición internacional en todas ellas, incluyendo una clasificación para la Liga de Campeones durante la temporada 2014-2015. A todos estos logros hay que sumarle la final de la Copa del Rey que se perdió ante el FC Barcelona en la temporada 2014-2015 y el primer título del club en 31 años, el 33º de su historia, su segunda Supercopa. Además, en otro orden de cosas, pero un orden que a la afición del Athletic Club le suele resultar interesante, y sin que se le pueda otorgar a Ernesto Valverde todo el mérito de esto, durante sus cuatro temporadas a las órdenes del primer equipo, han debutado desde Lezama jugadores como Unai Albizua, Unai Bustinza, Guillermo Fernández, Unai López, Ager Aketxe, Asier Villalibre, Javier Eraso, Mikel Vesga, Enric Saborit, Sabin Merino, Iñigo Lekue, Iñaki Williams, Yeray Álvarez y/o Kepa Arrizabalaga. Todos estos datos son puntualizables, por supuesto, pero, al fin y al cabo, cualquier otra interpretación sería un ejercicio de creatividad. Cuatro años viendo la cola desde lejos, pensando en qué sitios de Europa visitaremos y celebrando más victorias que derrotas, no dejan de obligar a una lectura positiva. Los exigentes se preguntarán, ¿y todo esto es lo máximo a lo que podemos aspirar? Quizás en el esfuerzo por responder a esa pregunta se encuentre la esperanza del futuro. 
Gorka Iraizoz también emprenderá una nueva aventura la temporada que viene, ya que parece decidido a postergar la retirada. A sus 36 años, el navarro pone fin a 10 temporadas consecutivas en el primer equipo del Athletic Club, datos que dejan claro su aspiración a ocupar un puesto en la historia del club. Son más de 300 partidos de Liga, titular indiscutible en 8 de esas 10 temporadas, y ganándose la confianza de tres entrenadores distintos: Joaquín Caparrós, Marcelo Bielsa y Ernesto Valverde. Nunca ha sido internacional, pero, a cambio, fue titular en los dos partidos que le dieron al Athletic su primer título oficial en más de treinta años. Ha vivido finales, alegrías y decepciones, y llegó a ser capitán del equipo. Criticado a menudo, sus errores, como casi todos en la portería, parecían muy claros, pero, en ocasiones, sus virtudes y aciertos pasaban desapercibidos. Y diez años en la primera plantilla de un equipo de primera división, un equipo que en esos diez años ha jugado seis finales (tres de Copa, dos de Supercopa y 1 de Copa de Europa), más de 300 partidos, un título y el peso dejado en el vestuario son argumentos más que de sobra para incluirle en el elenco de grandes porteros que han defendido la portería del Athletic Club. 
En cualquier caso, lo que dejan Ernesto Valverde y Gorka Iraizoz es, además de todos estos datos, además del protagonismo compartido en una dulce y positiva época para el Athletic, la constatación de que los implicados, al menos, sí creen en aquello de que el Athletic Club es un club especial. En su despedida, Valverde habló del club de su vida, y en su llegada a Barcelona, alabó el nivel de compromiso y el sentido de pertenencia del Athletic Club. Iraizoz habló de "privilegio". Él y su familia, en los días antes de su última rueda de prensa, durante ella, y después, dejaron claro que el portero poseía eso que los aficionados del club reclaman siempre a todos los jugadores que visten la camiseta del club: sentirla, lo llaman unos. Y eso que él no vestía las franjas. Tanto el entrenador como el portero utilizaron palabras de cariño y vínculo para hablar del equipo y del club. Finalmente, otra cosa que tanto Iraizoz como Valverde han compartido, a mi entender, es un perfil bajo de protagonismo. Al menos, del protagonismo gratuito, de ese que hace ruido pero no se escucha nada. Ni antes ni durante ni parece que lo vayan a hacer después, han ocupado portadas de periódico por salidas de tono o actitudes perniciosas. Quizás, en un mundo perfecto, esto fuera tan normal que no se incluirían en un catálogo de méritos, pero no es así. Dicen que su futuro puede estar en Cataluña (Girona o Espanyol), aunque también se ha hablado de destinos más cercanos (Eibar u Osasuna). Sea donde sea, Iraizoz dilatará su carrera, una carrera que él se ha construido desde abajo, saliendo de Lezama con 19 años porque era el cuarto portero del filial, y encontrando el camino en Gernika, para luego emigrar a Cataluña y conseguir llegar a primera división.

También en el primer equipo femenino del Athletic la temporada se cierra con tres despedidas muy importantes. En una temporada un tanto decepcionante, con los peores resultados en varios años, la resaca del título del año pasado y de la participación en la máxima categoría del fútbol femenino europeo (breve pero intensa), han dejado paso a un final de año laboral con el adiós de tres de las jugadoras que han marcado no ya la época moderna de este equipo si no toda su historia desde su fundación. Al fin y al cabo, el club se fundó en la temporada 2002-2003 y, en aquel primer e histórico equipo (ganador de la competición), ya jugaban Eli Ibarra e Iraia Iturregi, dos de las jugadoras que se despedían del Athletic Club hace unos días. La tercera, la barakaldesa Irune Murua, llegaría al primer equipo solo una temporada más tarde. Es decir, Murua se retira habiendo jugado en el primer equipo 14 temporadas, más de 250 partidos en primera y más de 100 goles. Nacida en una familia muy futbolera (su padre, Andoni Murua, jugó en el Espanyol, Español por entonces, Rácing y Almería en primera división y su tío, Edorta Murua, en el Oviedo), la delantera se retira en una temporada en la que ha tenido buenos números a título individual (30 partidos, su mejor registro desde que debutó y 5 goles, el mejor baremo en sus últimas tres temporadas). Aún así, a sus 31 años, ha decidido retirarse y comenzar otros proyectos. Se la vio muy emocionada en la despedida, tanto, que el peso de la misma la llevaron las otras dos compañeras, Eli Ibarra (a punto de cumplir 36 años) e Iraia Iturregi (32 años). La primera llegó desde el Eibartarrak para participar en aquel primerizo equipo bilbaíno y los siguientes catorce años, hasta un total de quince, los ha vivido vestida la mitad del tiempo de rojiblanco. Son más de 350 partidos y 100 goles en primera, números que casi calca su compañera Iraia Iturregi, aunque ella fuera menos goleadora, superando solo las cinco decenas de goles. Además, ella sí se alejó, durante un año, de Lezama, animándose a vivir la experiencia americana en la universidad de Florida State.
El diario Mundo Deportivo ofrecía un dato clarificador cuando las tres anunciaban su retirada: en toda la historia de la sección femenina del Athletic Club, solo en dos ocasiones se jugó un partido sin que, al menos, participara una de las tres. Fue después de jugar 287 partidos, que se pudo encontrar el primer caso en el que ninguno de sus apellidos aparecía en la alineación o en los cambios desde el banquillo. Es un detalle aplastante que deja bien claro hasta qué punto también la retirada de estas jugadoras parece cerrar una época. Su nombre quedará ya escrito en la historia del Athletic Club, tanto del femenino como del masculino, porque, en conjunto, y sin diferencias de género, ellas han marcado, junto con otros nombres como los de Aitziber Juaristi, Eba Ferreira, Nerea Onaindia, Eli Capa y tantas y tantas otras, el nacimiento, el crecimiento y la consolidación de un club que, en 15 años, consiguió cinco títulos de Liga y el reconocimiento de una afición que vistió de color San Mamés y Lezama para celebrar sus hazañas deportivas. Si, además de todos los datos, hablábamos de otros méritos y bondades a la hora de hablar de Valverde e Iraizoz, lo mismo puede decirse de estas tres jugadores, que, en tres lustros de historia, han demostrado que el sentimiento y la pertenencia también lo sentían y les pertenecía a ellas. Si alguien lo puso en duda alguna vez, su mayor logro siempre será que con su ejemplo dejaron claro que no solo era así si no que no podía ser de otra manera. 

Como en todas las despedidas, queda el aliciente de que lo que pueda venir sea mejor. Así que ahora le toca coger el relevo a las/los Yulema Corres, Maite Oroz, Ainhoa Moraza, Kepa Arrizabalaga o José Ángel Ziganda. Las comparaciones siempre son odiosas, pero ojalá obliguen, cuando les llegue su momento, a que los que les sigan a ellos encuentren las mismas dificultades que van a encontrar ellos para estar a la altura de los que les precedieron. 

Posdata: Le damos el titular a Irune Murua, aunque los protagonistas hayan sido muchos, porque compartimos pueblo, alguna persona en común y, en invierno, incluso hemos corrido juntos por las calles de la ciudad. Así que, entre todos, la elegimos a ella y terminamos mandándole un enorme zorionak! por una espectacular carrera deportiva.

Posdata 2: El montaje fotográfico, encontrado en el buscador de imágenes de google, proviene de la web del diario Marca.